LA HUASTECA EL REINO DE LA INDIFERENCIA Y EL VALEMADRISMO SEGUNDA PARTE

Por: JORGE LUIS JUÁREZ VEGA 

En la década de los cincuenta, del pasado siglo XX, el caos regional mostró su peor cara, en la región, y en los setenta Luis Echeverría, le acaba de dar en la madre, a la otrora productiva región, ya que continúa con las invasiones agrarias, por el pleito que mantenía con el Gobernador Manuel Sánchez Vite. Los años, sesenta, setenta, ochenta, son de una descomposición total, por la intervención de curas teólogos de la liberación. En los años cincuenta, el caos regional empezaba a mostrar su peor cara, con presidentes municipales desaforados, al grado de que el capitán Ruben Millán, vino a gobernarnos y a poner orden, al desbarajuste administrativo e institucional que prevalecía. En los sesentas un cura teólogo de la liberación, Arturo Lona Reyes, siembra la semilla del descontento social, y los reclamos agrarios, pero fue en la década siguiente,  que Luis Echeverría, uno de los más populistas presidentes que ha padecido México, le acaba de dar en la madre, a la otrora productiva región, ya que continúa con las invasiones agrarias, por el pleito que mantenía con el Gobernador Manuel Sánchez Vite. Los años, sesenta, setenta, ochenta, son de una descomposición total, por la intervención de curas teólogos de la liberación, arribistas marxistas, líderes corruptos, y un corporativismo, lo que da al traste con lo poco que quedaba de la productividad agropecuaria en la región.

En los noventas, y hasta el año 2000, se inaugura la proclividad de colocar como presidentes municipales a los pseudo aborígenes que convirtieron en líderes, no importando su escasa preparación académica, de este modo se colocó en las presidencias municipales a varios analfabetas, quienes fueron designados de por allá, pero gobernaron a su libre albedrío, valiéndoles madres las leyes y normativas. Y en el colmo de los colmos, gozaron, y aún gozan de una absoluta impunidad, ya que operaron con  el apapacho estatal. Esta complicidad institucional generó la descomposición social actual, a grado tal que en ninguna región del mundo se contempló tanta corrupción, dispendio de los dineros públicos, y traiciones inducidas por la propia estructura del poder.

El nuevo milenio es verdaderamente atroz, la corrupción se convirtió en una cultura, la traición en una tendencia aceptada de hacer política, la falacia en pedagogía, y la improductividad en populismo. A tal grado se exhibe la deshonestidad, que en la actualidad las políticas públicas consideran a la huasteca Hidalguense, como una región en pobreza extrema y con hambre.

Ahí a vuelo de pájaro les va una muestra de las dos décadas del siglo XXI, el de una supuesta modernidad, multiculturalidad, y globalización. Este siglo que en cualquier lugar del mundo sería de luces y de progreso, en la huasteca es de oscurantismo, desaseo social, de evidentes malos ejemplos en el quehacer público, de atraso, pero sobre todo de confusión y falta de compromiso social. El desorden por lo regular deriva del impulso que se brinda a verdaderos truhanes convertidos en políticos, individuos que cobijados por padrinos enquistados en las altas esferas del poder público, los vuelven inmunes a las leyes, y las disposiciones legales. Si a esto sumamos la falta de compromiso que se tiene con la región, los resultados se convierten en desastrosos. Hoy la nueva oligarquía local, muestra un interés excesivo por apropiarse del poder político, sin responder a las expectativas de la gente, y así garantizar su personal éxito económico. Hoy la sombra de la corrupción campea, como un quinto jinete de la Apocalipsis, corrompiendo todo a su paso. La compra de voluntades está al orden del día, el voto tiene precio, aroma de despensa, de utilitario corriente, de podredumbre social, de demagogia, y además de dinero público mal habido, nepotismo, compadrazgo, y amiguísimo. Quien está fuera de la mafia política jamás tendrá éxito en su carrera pública por honesto, e integral que sea. El trabajo social de estos tiempos, responde exclusivamente a los intereses de los grupos que financian las campañas, por lo general los empresarios que medran a la sombra de la obra pública de mala calidad.

Por arreglos soterrados, el antes invencible PRI, es derrotado por primera vez a inicios de la primera década del siglo XXI, pero el candidato panista que triunfó resultó un truhán, y no logró terminar su trienio, de tal forma, que fue un mago quien concluyó esa caótica administración. Pero de nada sirvió que el propio Congreso del Estado lo desaforara, ya que los padrinos políticos que le mecen la cuna, están por encima de las leyes, y protegen a sus preferidos valiéndoles madres la leyes y las legislaciones.

Posteriormente otro pleitazo dividió a la familia revolucionaria, y fue el PRD, el que ganó el sorteo para gobernar Huejutla. Pero el pleito se organizó, por allá, y se padeció por acá, ante la indiferencia social de los huejutleños, a los que a esas alturas del presente siglo, ya todo les valía  madres.
En la siguiente lid electoral, se hecho a pelear a las dos familias más influyentes de la política local y nuevamente el PAN, gobernó... ahí, como ya es una constante, el edil de marras terminó en chirona, ¡¡¡y no lo van a creer!!! por enriquecimiento más que explicable, y la corrupción a partir de esta temporada se volvió cínica y desvergonzada...Salió de chirona, como él ave esa que cruza el plumaje y no se mancha, solo que en este polítiquillo su plumaje no es de esos.

El corolario de esta segunda década del siglo XXI, se dio en la última elección municipal, ya que el que andaba huyendo volvió por sus fueros, lo financiaron de por allá, y nuevamente ganó por acá , ante la perplejidad de casi 40 mil votantes que eligieron a otras opciones, pero que divididos como estaban, no pudieron establecer la diferencia, para evitar la hecatombe social, que hoy se enseñorea en la comarca. Hoy por hoy, la diversión social más masoquista que puede existir en la huasteca, son las estadísticas para atinarle anticipadamente a quienes serán los presidentes municipales que salen más mañosos, o quien, o quienes, deben considerarse como merecedoras al premio el Corrupto de Oro, de los primeros veinte años de este siglo, y la verdad la pelea por este estímulo esta bastante reñida.

Luego entonces, las derrotas supuestamente inexplicables del PRI, son bastante explicables, ya que es deducible que dineros de por allá, le dieron en la madre a las expectativas de por acá, y se reeligió una vez más, al considerado por el Honorable Congreso del Estado, como el otrora delincuente de inicio de siglo. Individuo que una vez reivindicado por órdenes superiores, se convirtió en el ídolo político de las multitudes huejutleñas, y ahora hasta distritales.

Hoy la improvisación y el desaseo político se hacen nuevamente presentes, pues la presidencia municipal está acéfala, y la sociedad con ese valemadrismo que ya le caracteriza, ni siquiera dice nada... Los regidores, supuestos depositarios y contrapeso de los abusos del poder,mson cómplices de tanta pendejada. La sociedad es solo una espectadora de lo que tanto le afecta, y las nuevas generaciones arropadas en una cultura de malos ejemplos, saben que la única posibilidad de enriquecerse proviene del quehacer público. Así que traicionar, ser mañoso, venderse a los intereses ajenos en contra de su propio pueblo, es casi una obligación para despegar económicamente.
Este es la reseña de una historia lamentable, en una región que por sus potencialidades naturales debería ser rica e integral; pero que domada por las traiciones y la corrupción inducida, nada previsiblemente halagüeño espera, al menos a corto plazo.
Como pueden esperarse buenos resultados, si la genética social que se ha gestado, lleva en su interior el mal ejemplo como raíz, y a la sombra de ese frondoso árbol, se cobija la corrupción social, y la deshonestidad como símbolo de la constante gubernativa de este nuevo milenio. De no corregir a la de ya, que el creador nos agarre confesados.