La huasteca desde hace casi dos década es rehén de las hormonas de algunos altos funcionarios, que carentes escrúpulos y compromiso social, han confundido a la sociedad, prostituido a la juventud, alentado la traición, y corrompido a la población, que presa de un mar confusiones, se vende sin el menor decoro.
Jamás como en esta última elección, se violentó el estado de derecho, y las normas institucionales, el priismo golondrino contra el priismo duro, fueron actores relevantes, y nuevamente el priismo financiado ganó la elección.
Recursos de todas las procedencias doblegaron la voluntad de una ciudadanía envilecida hasta la medula. La ética social, ya está pervertida en lo más profundo de su estructura; pues no existen en esta parte del globo, marcos referencias éticas que definan que el quehacer gubernamental es un trabajo moral al servicio de las causas más sentidas de la ciudadanía.
El turismo electoral sentó sus reales en Huejutla, Colonias insignificantes, demográficamente hablando abonaron una gran votación a los dueños del dinero regional, en una muestra evidente de que la obra pública deja incalculables ganancias a quienes financian la política local.
De la misma forma, lo que tanto criticamos en otras latitudes, llegó para quedarse en el corazón de la huasteca, adonde miles individuos carentes de la dosis necesaria de testosterona para enfrentar un nuevo siglo, venden al mejor postor, el futuro de por si azaroso, de una región que ya no sabe por qué parte del chiquero jalonarse.
Hoy, es evidente que en lo que va del siglo veintiuno, el priismo, es traicionado por los políticos de altura. Las traiciones locales, son diseñadas al más alto nivel, y casi han acabado con las esperanzas de los huastecos, y estos, resienten los síntomas de una grave enfermedad social. El desaseo político es un agravante que sufre la población desde hace casi veinte años.
Los financiamientos corporativos, abonan a la confusión social y los malandrines cosechan la siembra de este caos. Nadie sabe que persiguen los políticos con estas acciones. La moral tiene mucho voló para extrañas confines y se niega a regresar. Hoy, hasta el mismísimo Satanás tendría miedo de voltear para la huasteca.
En Estados Unidos Consideran que desde dos mil diez existe una guerra en el país, conflicto que aunque no reconocida oficialmente, ha provocado miles de muertos y regiones enteras de desplazados. La inmoralidad se volvió gobierno, y las verdaderas redes de corrupción las representan los grupos políticos.
Hoy distintos medios nacionales, manifiestan que desde las altas esferas del poder, se proporciona financiamiento al PES, apoyos que hace casi cinco años se volcaban para hacer ganar a Convergencia, y a su entonces candidato, finalmente ganador, en contra del cada vez más mermado priismo Huasteco.
Cuanta inmoralidad prevalece en el quehacer público, los del Partido Convergencia, una vez consolidadas las altas consignas, volvieron al redil, pero ahora como priistas, para hacer ganar a Peña Nieto, y al que designaron para candidato a Diputado Federal en ese entonces.
En la actualidad se le apuesta, ¡quizás acertadamente!, a que ahora el PRI, de élite contará con los más de veinte mil votos del priismo enmascarado, que representan los institutos políticos de nuevo cuño, más los diecisiete mil del priismo pendejo, que evidenciamos los demás.
En la huasteca, -me dijo un amigo,- presentan un masoquismo extremo, pues les hagan lo que les hagan, no se rajan y se mantienen siempre fieles, como dijera Juan Pablo II, o más bien, como prostitutas baratas en manos de padrotes, que aunque, abusadores y todo, son competentes en la cama, aunque después del placer brindado, se comporten como verdaderos patanes, les quiten el dinero, los exploten inmisericordemente, y les rompan la madre. Exhiben ustedes, - insistió- un partidismo al que le encanta el morbo, la simulación y la traición. Es ese, el perverso espectáculo que les ha dado en toditita la madona, y les mantiene como rehenes de los caprichos y componendas, de los depositarios del poder público.
La perversidad ha llegado a ustedes, -insistió- a tal grado, que causan la envidia del mismísimo Satanás, por el grado de descomposición que existe en la huasteca. Ante ustedes -insistió- la entidad malévola pierde su reconocimiento del más malo entre los malos, y se dibuja como cualquier santurrón, por el grado de descomposición que presenta su sociedad. Y lo más lamentable de este siniestro asunto, -volvió a insistir- es que las personas, hembras y hembros, como dijera el filósofo Vicente Fox, se entregan por voluntad propia, al aceptar lo inducido con una cobardía extrema, que presenta visos de ser una rama altamente especializada de idiotez ciudadana.
Más sabe el diablo por viejo, reza un antiguo refrán
Un ente nada pendejo, al que apodamos Satán
Se aposenta en los lugares que más jodidos están
Y siempre encuentra cobijo por los moches que le dan
Vive bien en la huasteca desde inicios del milenio
Y ha mostrado en veinte años, excelente desempeño
Pues con las altas esferas ha firmado ya un convenio
De provocar el atraso, a un pueblo sin mucho empeño
Resulta que el Diablo artero, no da nada así nomas
Y no saben los huastecos, de lo que el Diablo es capaz
Lo seguro es que están cerca de admitir sin más ni más
Que pellizcan los tenates, grandotes de Satanás
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