Que paso mi compatriota paisano y pusilánime profesor, tiene ya buen rato que no te veía, quizás sea porque ya me cortas la vuelta, por las chingas que últimamente te he puesto -dijo el Rarotipo--. La verdad es que hay veces me siento apenado ante tus ensoñaciones y manera de pensar, pero ya estamos en el mes patrio y hoy solamente deseo contarte las conclusiones de los que pienso de estas fechas de asueto y de borrachera nacional. Para empezar te cuento que debes investigar cual es la injerencia del cumpleaños de Don Porfirio Díaz, en este acontecimiento, ya que este nació un día 15 e septiembre de 1830, y hoy, a pesar de ser el villano favorito de la historia oficial, pues resulta, que prácticamente celebramos su cumpleaños. Por otro lado -insistió- lo del Grito de Dolores, sucedió el 16 de septiembre por la madrugada, no a las 11:00 horas del día 15, como lo hacen los ediles municipales, hora en que realizan sus aullidos anuales, pues son neófitos en historia, pero buenos para el chupe, el jolgorio y adoradores de la música culta de las bandas sinaloenses, y mejor no digo nada de la hilaridad que les provocan los cantantes de corridos que alaban la violencia. Lo que realmente logran con su grito tempranero, es restarle tiempo a la pachanga pues es esta una noche de trasnochadores, parranderos y desvelados. Hoy, -mi querido y aporreado mentor-, quizás voy a contradecir un poco tu nacionalismo de aula para hablar contigo de la verdadera independencia nacional.
Según dicen en las lecciones de historia patria, que don Miguel, Hidalgo, erguido de flemático encabronamiento, reunió a miles y miles de novohispanos para gritar a nombre de la libertad, que sacaran del bote a Fernando VII, el rey más absolutista y antidemocrático que ha conocido la península ibérica, quien fue arrancado de su trono, por el ejército francés, para poner a José Bonaparte, en su lugar, y todo esto sucedió, antes se supiera que México, se llamaba México, ya que en todo caso lo que pretendía independizar, era a la Nueva España, de España, pues solo éramos una colonia, y México a esas alturas del juego simplemente no existía.
El México azteca que hoy conocemos se creó a inicios de la segunda década del siglo XIX, una vez que el 27 de septiembre de 1821, Agustín de Iturbide, por fin logró la independencia con la ayuda de ingleses y estadounidenses, que de esta manera demostraron a Francia, que los nuevos mandones del mundo eran ellos, después de derrotar a Napoleón.
El México que conocemos apenas se delineo después de la segunda década del siglo XIX. Lo primero que perdió esta maltratada nación fue la "J", con la que nació como país, para adquirir la X, letra que le impuso don Benito Juárez, para diferenciarlo del Méjico con "J" de Maximiliano de Habsburgo, con esta primera confusión nacional, ahora resulta que los únicos que pronuncian bien el nombre de nuestra patria son nada menos que los gringos.. Te comento, aunque no lo creas, que Hidalgo jamas se propuso independizar a México, pues no existía, lo que si existía era la Nueva España, y la verdad darle libertad a lo que no existe esta medio cabrón aun en este siglo a pesar de los avances científicos y tecnológicos. El México de don Miguel, no era tal, tampoco los aztecas lo representaban, por mas que en el futuro se les declarara como la esencia misma de la nacionalidad mexicana.
Realmente el primer independentista, fue el propio conquistador don Hernan Cortes, quien quiso hacer de estos lares un país soberano e importante, y eso después de que el mismo cedió a España y a su rey sus preciadas posesiones en este lado del Atlántico. A su muerte, fue su Hijo Martín Cortés quien se involucró en la nueva conjura, pero fue descubierto desterrado y despojado de las cuantiosas propiedades que heredó de su padre. Así transcurrieron los 300 años de la colonia, etapa fue dominada en todos los aspectos por la iglesia a través de sus congregaciones, y estas jugaron un papel preponderante en la conformación del país. Franciscanos, dominicos y jesuitas, fueron los verdaderos conquistadores de América, y los pioneros de la conquista espiritual de los aborígenes. Estos clérigos inauguraron el hábito nacional de pelear por todo y contra todos, y poco después de su llegada se disputaron el poder espiritual con uñas y dientes, pero aún así moldearon los rasgos de historia patria, con todo santos patrones, beatos y vírgenes hoy conocemos, con el excepción !claro está,! de la Virgen de Tahuizan. Estas fueron las circunstancias globales de aquel tiempo en el que España perdió la guerra ante Francia.
Hoy los libros oficiales de historia poco o casi nada dicen de la colonia, etapa que pese a ser constantemente negada es la que ha diseñado la realidad de lo mexicano.
Septiembre es llamado por lo regular el mes patrio, algo que magnifican los medios televisivos, y ahí a los ojos de un pueblo ignorante de la realidad, se evidencia y desahoga un espíritu fiestero e indiferente ante lo que le pasa en un mundo cambiante, que requiere de una nueva visión ciudadana.
Debes saber mi dilecto amigo, que a la muerte de todos los insurgentes incluidos, Matamoros, Galeana, y el Propio Morelos, la insurgencia queda completamente destruida, y además, luchando entre si. Las autoridades Virreinales, como es lógico, simplemente observando la lucha, y capitalizando su favor las viejos enconos de los otrora aliados. Este chingao pleito ocasiono que en solo dos años mandaron al inframundo a casi todos los insurgentes, y solo fue hasta 11 años después que Agustin de Iturbide, finalmente se apropió del mando, con la ayuda de Vicente Guerrero y Guadalupe Victoria, sus antiguos enemigos.
Poco después los mexicanos se liberaron de su libertador y le dieron matanga... De tal forma que don Agustin, paso sin pena ni gloria por el poder. Solo que en esos años -mi Profe- para gobernar se tenían que tener tenates, no como ahora que la testosterona esta ausenté del quehacer público, y la virilidad tiene otros calificativos, en un pueblo machista marrullero y acomodaticio. La verdad que el culto al poder en aquel tiempo era tan extremo, que quienes pretendían servir arriesgaban todo en su empresa política. -Mi Profe- los de antaño ponían en riesgo su propia vida en la grilla, en cambio los políticos de hoy solo sacrifican su dignidad, y como carecen de ella, pues resulta que no arriesgan nada.
Tampoco el culto al poder fue tan extremo, nomás vean cuantos, de los que hoy son héroes dejaron la vida en su intento de llegar al poder, -que no es lo mismo que gobernar-, porque ahí si reprobamos. El culto al poder de antaño no era como el de hoy. Al conquistador extremeño don Hernan Cortes, nada se le reconoce a pesar de ser el verdadero fundador del México actual. Al padre de la patria y al siervo de la nación se los despacharon sin mayor miramiento. Al consumador de la independencia, Iturbide, lo fusilaron. Al padre del constitucionalismo, Venustiano Carranza, lo asesinaron en Tlaxcalantongo Puebla. Al triunfador de la revolución mexicana, Álvaro Obregón, se lo escabecharon una vez electo presidente, y a Luis Donaldo Colosio, ni siquiera lo dejaron llegar a las votaciones.
En la actualidad existe tal improvisación y desaseo social que ya el pueblo ni siquiera espera un mensaje congruente de sus políticos. Lo de hoy, es el discurso disléxico de las aspirantes y aspirantas a diputados y a gobernador, pues resulta que tienen prohibido expresar sus lógicas e inocultables aspiraciones, por eso ningún carbrón acepta públicamente que quiere ser el mero mero, - cuando menos en público- pero no ocultan sus anhelos en privado, con el agravante que cuando se dirigen a sus jefes supremos, sobre todo al gran cacique nacional, es en términos que ya hubiese deseado Cristo, en su mejor época. Hace poco escuche a un senador negar a uno de sus achichincles que lo propuso como suspirante al gobierno del estado, y a una suspirante adjudicarle al mandatario estatal calificativos tales como: Nuestro señor gobernador es la esencia misma de la identidad estatal. Nada podríamos lograr si nuestro señor gobernador no pone la vista en estas latitudes. Agradezcamos infinitamente a nuestro señor gobernador por ser como es. Nuestro señor gobernador aglutina voluntades en torno a la grandeza regional. Si nuestro ilustre señor gobernador no existiera que sería de nosotros. Solo nuestro señor gobernador logra reunirnos ante esta televisión grandotota para aplaudirle a rabiar, pero si no aplauden los reporto y pobres de ustedes, que serán castigados con el peor flagelo del siglo XXI, vivir fuera del presupuesto.
Que difícil es deducir que en este siglo hemos retrocedido siglos en credibilidad y compromiso social. Que difícil es deducir que el autoritarismo se ha apropiado del territorio nacional, y que casi es imposible lograr para los mexicanos una vida más honesta y productiva. Hoy por hoy, somos espectadores pasivos y testigos silentes del desaseo gubernamental que existe, y vemos como se aleja la forja de una sociedad sin mentiras ni secretos, debilitando la posibilidad para que lleguemos a la segundas década del siglo XXI, con la certeza de no haber perdido todo, y podamos cuando menos esperar, que aún se encuentra intacta la esperanza de lograr para las nuevas generaciones la certeza de una patria más libre y más justa.
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